No cabe duda que los líderes y dirigentes empresariales enfrentan hoy enormes desafíos laborales y personales para alcanzar resultados satisfactorios y mantener relevancia en un ambiente cada vez más competitivo y retador, donde la única constante es el cambio.
En la actualidad abundan muchas teorías, debates y corrientes sobre liderazgo. Pero lo cierto es que, en la práctica, no existen fórmulas mágicas ni recetas instantáneas para liderar, tener éxito y llegar a donde quieres llegar en tu carrera.
En mi experiencia particular, y a lo largo de mi trayectoria profesional -especialmente en mis últimos cuatro años al mando de Visa México-, hay ciertos aspectos que han sido cruciales para forjar una carrera exigente, pero sin duda gratificante.
Creo indudablemente que el liderazgo se trata de dar claridad y energía para inspirar acción. Es muy importante amar realmente lo que haces y fomentar esa misma pasión en las personas que te rodean. Cuando tienes pasión por tu trabajo, naturalmente se convierte en parte de ti, de tu familia, de tu hogar, y genera más motivación y compromiso en los equipos de trabajo.
También estoy convencida que la complementariedad entre hombres y mujeres en el liderazgo es lo que hace realmente progresar a las empresas. Para mí ha sido muy importante trabajar en compañías que realmente entienden y valoran la diversidad e inclusión. Creo que es crucial construir equipos realmente diversos. Tenemos mejores resultados en el negocio si impulsamos la diversidad de ideas, de pensamientos, de géneros y de culturas.
Otro elemento fundamental es el esfuerzo y dedicación. Lograr un rendimiento sobresaliente durante toda la carrera es muy importante y requiere trabajar arduamente y aprender de las experiencias buenas y de las no tan buenas. Nuestro camino de crecimiento no es lineal. Los altibajos son normales y es lo que nos hace ser más exitosos.
Siempre aconsejo a mis equipos que salgan de sus zonas de confort y tomen asignaciones difíciles y proyectos retadores que les permitan entender mejor otros mercados, competidores y tendencias. Esta experiencia, a la larga, es la que te da una perspectiva más amplia, te enseña a ser estratégico, y a enfocar esfuerzos en lo más importante: cómo hacer crecer el negocio.
En mi opinión, estos aspectos son indispensables, independientemente de la región o del mercado en el que nos desempeñemos. Pero si hay un reto cada vez más frecuente en todo líder es lograr un balance entre el trabajo y la vida personal y familiar.
Para mí no se trata de balance, sino de integrar la vida laboral a la dinámica familiar; una fórmula que ha sido clave en toda mi carrera. Mi esposo y mis dos hijas siempre han estado conmigo. Mis hijas me ayudan a ensayar las presentaciones, a estar al día en lo último en tecnología y desde muy chiquitas saben exactamente lo que hago. La tecnología, además, nos permite estar muy conectados cuando estoy de viaje.
Si amas tu trabajo y te apasiona, siempre lo llevas contigo todo el tiempo en tu hogar y en tu vida. Llegar a donde quieres llegar requiere sacrificios, pero también genera recompensas. En mi caso, el hecho de que realmente participo en el crecimiento de la economía de mi país es muy emocionante, y lo hago de la mano del activo más importante: la extraordinaria gente que está a mi lado.